de la página 99

* Fundamentos de la terapia

Cuando me preguntaban qué métodos empleábamos en casa para la reeducación de estos chicos, contestaba que en realidad ninguno, pues nos basábamos en la pura convivencia.

El hecho de que tanto las Anas como yo hubiéramos tenido una dedicación seria hacia los chicos, por la que nos convertíamos en personajes concretos y no anodinos; el hecho de que jugáramos entre la dependencia y la independencia creándose con ello una vinculación que alcanzaba todos sus ámbitos sociales; el hecho de que intentáramos tener un orden y disciplina para conseguir seguridad y libertad; el hecho de que, a través de nuestra complementariedad, hubiera un diálogo en todos los niveles... Todo ello dio una característica, yo diría peculiar, a nuestro hogar, de la que la problemática de cada chico se lavaba en casa, no fuera de ella: Desaparecía el delito y se expresaba la propia problemática interna y social de ellos sólo en casa. Por eso siempre he considerado que el delito es un síntoma de unas realidades internas problematizadas.

El resultado era que en casa había muchos conflictos y problemas,pero en la calle no, y que, por otro lado, los chicos en casa estaban a gusto, a pesar de sus crisis de aburrimiento, depresivas -eran las que menos- o agresivas. Esto último quien mejor lo puede decir -y lo dice- por haber llevado muchos años en casa, es Encarna. Había como una graduación descendente en la conflictividad de los chicos con el personal. Quién recibía más conflictividad era yo, después eran las Ana, en tercer lugar la casa. Y por último, sin recibir nada, pero es que prácticamente nada, Encarna. Y todos nosotros aceptábamos que las cosas fuesen asi, ya que preferíamos, de una forma consciente y reflexionada, que nuestra relación con ellos fuera dura a tener que ir por las comisarías, juzdos y cárceles a sacarlos. Yo soy tímido e ir por esos sitios no me gusta nada.

No digo que lo nuestro fuese mejor, sólo que lo preferíamos. Pero sí que digo que al chico se le ha de dar la posibilidad de conflictuar. que es lo mismo que se dé conflicto en casa o fuera de ella, en la calle.

Considero que el nivel de peleas y de discusiones entre ellos fue muy bajo.Sin pretender formar nunca un grupo o ghetto tuvieron un buen entendimiento entre ellos, permitiendo tocar las problemáticas de cada uno sin mezclar las de sus compañeros. No había falsas solidaridades. Había veces, cuando se peleaban y se quejaban unos de otros -lo que ocurre en cualquier familia-, que les quitaba hierro a sus peleas, diciéndoles que eran peleas de hermanos.

3º texto